- La iniciativa del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol está diseñada para promover en los colegios el desarrollo de una cultura preventiva en torno a la oferta y consumo de drogas y alcohol en la población escolar
Según las autoridades
ésta certificación propone una aproximación sistémica e integral
al fenómeno del consumo de drogas y alcohol en estudiantes y en su
comunidad. Un establecimiento que asume el desafío de entrar al
proceso de certificación y organizarse en función de la prevención,
reconoce el valor de ésta y articula acciones que integran distintos
ámbitos de la comunidad educativa. Así es que el establecimiento
que se asume como preventivo innova en la mirada acerca de la
problemática del consumo de sustancias, transitando desde un enfoque
centrado en conductas- problema, hacia el desarrollo de factores que
puedan evitar o retrasar la aparición de éstas, tales como
habilidades personales, sociales, académicas o condiciones
organizacionales que conduzcan y sostengan estas acciones, y
finalmente la promoción y potenciación de recursos personales y
colectivos orientados a estilos de vida saludables, relaciones
armónicas, colaborativas y participativas. De este modo, los
miembros de esta comunidad desarrollan competencias preventivas que
fortalecen la capacidad de autocuidado, reduciendo los factores de
riesgo y potenciando la protección ante el consumo de sustancias y
otras situaciones de riesgo.
La Escuela Millahue,
inició este desafío el año 2012, finalizando el año 2014 con un
nivel avanzado, donde las distintas acciones realizadas en la
comunidad escolar permitieron la instalación de una cultura
preventiva en el establecimiento. Además en la misma línea destaca
el trabajo realizado en la escuelas Manuel Guerrero Ceballos,
Neptuno, República de Italia, República de Croacia, Presidente
Roosevelt, Paulo Freire, Federico Acevedo Salazar y el Complejo
Educacional Cerro Navia, entre otros.
Para la coordinadora de
SENDA en Cerro Navia, Vesma Carrasco, es de vital importancia que los
directivos y la comunidad escolar de los establecimientos
educacionales consideren como un desafío la implementación del
Programa de Certificación para que finalmente se pueda contar con
estudiantes y familas empoderados en el quehacer preventivo,
iniciando distintas acciones desde su núcleo y externalizando hacia
su entorno cercano.
Foto: Víctor Alegría Díaz / Nota: Alejandro Rojas Troncoso
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